sábado, 12 de septiembre de 2015

Paty y Lino

Poco después de llegar de mis vacas en Villager recibí una llamada de la protectora para decirme que Lola y Luna, la pareja de negritas, habían conseguido enamorar a su familia de acogida temporal y ya estaban adoptadas, ¡qué alegría más grande! Pero la buena noticia tenía trampa y a continuación llegó la segunda parte; había otro par de gatitos en la cola de espera... ¿podría acogerlos? Como soy una blanda, aunque tenía aún pendiente mi semanita en la playa, no tuve más remedio que dar el sí. Cuando vi la foto de los peques me enternecí; no me digáis que no son bonitos. 


El problemilla es que estos peques estaban (y están) aún sin socializar del todo. En una de las colonias de gatos que ya estaba controlada por el método CES (capturar, esterilizar, soltar) apareció una hembra en estado de buena esperanza que a los pocos días tuvo cinco peques. Cuando los gatitos pudieron ser destetados, fueron separados de su mamá capturándolos con una jaula trampa. Y claro, los pobres fueron callejeros los primeros meses de vida y aprendieron de su mami a huir de los humanos, por eso  ahora requieren "terapia" de socialización. 

La dulce Paty 


El tímido Lino

Poco a poco, aunque sea lentamente, se va notando progreso. Paty ya está prácticamente ganada; se está aficionando bastante al sobe, ronroneando encantada. Lino va mucho más lento y es más miedoso, pero ya no sale corriendo a esconderse en cuanto me pongo de pie o me muevo, se pasea tranquilamente y juega por el salón y coge trocitos de comida de mi mano. Anoche, después de un par de semanas en casa, incluso me dejó tocarle un ratillo, y hasta ronroneó! Pero cuando le acaricio el lomo, en vez de levantar el culillo al final para que le acaricie el rabito, lo baja para que la mano "resbale" y se pire antes.

Lo curioso es que los avances conseguidos en un día (normalmente por la noche) a la mañana siguiente se han revertido -aunque cuesta menos volver a conquistarlos.




Pero soy optimista. Y más me vale serlo, porque es una responsabilidad "preparar" a los peques para que puedan ser adoptables y encuentren una familia en la que ser felices; a veces no sé si debería "trabajar" más con ellos o si es mejor que vayan a su ritmo, pero suelo optar por lo segundo.

Con Paty he descubierto una cosa muy peculiar que nunca había visto en mis años de casa de acogida, ¡con la de gatitos que han pasado por aquí!: el castañeteo de acecho. Cuando ayer le ví haciéndolo pensé que le pasaba algo raro, pero me fijé y ví que lo hacía cuando estaba acechando a una mosca, como se se pusiera nerviosa anticipando el salto. Lo gogleé  y ahí estaba¡No os perdáis el vídeo, que es muy cortito!


Por último, como a todos los gatos les encanta "cazar agua". Con eso me refiero a que aunque tengan lleno su bebedero, pasan de ella, pero si se la encuentran por ahí -en un vaso, en la regadera, el lavabo...- se lanzan ansiosos, y ni siquiera les importa que el chorro del grifo les esté cayendo en la cabeza! :D

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